Pasé tres noches en este lugar y fue increíble. Las vistas al río son espectaculares y la habitación era amplia y decorada con mucho gusto. El desayuno era un festín diario, siempre había opciones frescas y deliciosas. La atención del personal fue excepcional, siempre listos para ayudar con recomendaciones locales.

Desayuno delicioso y vistas impresionantes

Pasamos tres noches en un lugar encantador. El desayuno era un verdadero festín, con opciones caseras recién hechas que realmente alegraban la mañana. Además, nuestras vistas al río eran impresionantes. cada día nos despertábamos con una luz maravillosa. Todo estaba muy limpio, pero el estacionamiento fue un poco complicado, ya que no hay un parking cercano.

Una opción inmejorable para una visita de paso en Oporto con una buena relación calidad-precio. El trato del personal fue genial, siempre dispuestos a ayudar y a dar recomendaciones sobre lo que hacer en la ciudad. Para aquellos que planean moverse en coche, busquen un parking cercano porque el hotel no tiene propio.

La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar con recomendaciones locales y detalles personalizados.

Noté que debajo de la cama había un poco de suciedad, lo que podría ser mejorado en la limpieza.

el hotel podría ser un sueño, pero a veces la realidad no es tan dulce. sí, las vistas eran nada menos que maravillosas, pero me encontré con suelos sucios debajo de la cama. además, como huésped VIP, esperaba algún gesto especial, no solo un desayuno simple, que no era para nada festín, en fin, decepcionante y casi escribí algo positivo.

Las vistas de la habitación al río son espectaculares y la decoración tiene un estilo boho encantador. El desayuno incluye opciones caseras con huevos revueltos y zumo natural al momento, un verdadero festín matutino.

No hay aparcamiento propio, lo que puede complicar dejar el coche cerca del hotel. noté un poco de suciedad debajo de la cama, aunque la habitación en general estaba limpia.

Mi veredicto en dos frases

La experiencia fue muy placentera, con un personal encantador y un desayuno variado que alegraba las mañanas. Sin embargo, las habitaciones podrían beneficiarse de un mejor almacenamiento y los ruidos del pasillo pueden ser inquietantes en ocasiones.

Vistas al río que inspiran

Despertar cada mañana con vistas impresionantes al río Douro fue simplemente mágico. El desayuno era un festín diario con auténticas delicias. El personal, siempre amable, hizo que nuestra estancia fuera memorable.

El único inconveniente fue que no había estacionamiento propio, lo que complicaba un poco dejar el coche. Sin embargo, encontramos un parking cercano que resultó conveniente.

Pasé tres noches en un lugar con mucho encanto. Las vistas al río fueron impresionantes cada mañana. El desayuno fue variado, con opciones como huevos revueltos y zumo natural que me alegraban el día. La atención al cliente fue cordial, y la situación hizo que fuera fácil explorar los alrededores. Al estar en un edificio rehabilitado, había algo especial en el ambiente.

No hay estacionamiento propio, lo que puede ser complicado para dejar el coche.

Las habitaciones son un encanto, cada una con su propia decoración única y vistas espectaculares al río. El servicio fue excepcional, con recomendaciones locales muy útiles. Aunque el baño era un poco pequeño, la atención al detalle y el ambiente acogedor superaron cualquier inconveniente. Una experiencia que no se olvidará.

Desayuno espectacular y vistas preciosas, pero el aparcamiento es complicado.

Las vistas al río son espectaculares y la habitación bastante amplia. Además, la ubicación es estupenda, ¡te puedes perder fácilmente con tanto por ver!

Cuidado! El camino tiene más cuestas que una montaña rusa, ¡mejor tómate un taxi!

La habitación era amplia y tenía vistas espectaculares al río Douro, lo cual fue increíble. Además, estaba decorada con mucho gusto y tenía una cama muy cómoda. Me encantó el ambiente acogedor y la limpieza del lugar. El desayuno también fue un punto alto, con opciones caseras que disfrutamos. ¡Una experiencia para repetir!

Pasamos tres noches en Mo House y fue una experiencia maravillosa. Las vistas de la habitación al río son espectaculares y la decoración era acogedora y con mucho gusto. El desayuno fue un festín, con opciones caseras que nos encantaron. Además, el personal siempre estuvo atento y nos ayudó con recomendaciones sobre qué visitar.

El aparcamiento es complicado.